¿Por qué este blog?

De pequeño odiaba las tareas del jardín: quita hortigas, echa tierra, echa abono.... y lo peor: diciembre, época de poda. Todo el patio lleno de sarmientos de parra y retales de rosal. Lo peor no era podar, ni si quiera apilar y amontonar. No, lo peor era sacarlo a la calle, pues mi casa, hija del desnivel, convertía aquella sencilla labor de sacar la basura del patio a la calle en una áuténtica epopeya. Con los años los rosales fueron sustituidos, las vides suprimidas y, en definitiva, el jardín fue quedando reducido a prácticamente la extracción de hierbajos. Ya no vivo allí, sino en un piso de 70 metros cuadrados y, lo que son las cosas, añoro (añoramos) un pedazo de tierra en donde crezca algo verde. Por eso cada vez que mi madre me deja caer que las hortigas y el perro ya están incómodos, me entra alegría y nostalgia, y acudo y hago de buen gusto lo que antes odiaba. Este blog es un jardín virtual donde sembraré y dejaré crecer todo aquello que forma parte de mi vida: mi profesión, mis rarezas, mis gustos, mi vida en fin. Espero que os guste.

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